8

8

El techo de nuestra habitación tenía más de cuatro metros de altura y estaba ornamentado con la misma decoración de yeso estilo morisco que, combinada con las grietas y manchas de las tuberías que de vez en cuando estallaban en el piso de arriba, lo habían transformado en el mapa detallado de alguna superpotencia o archipiélago inexistentes. Había tres grandes ventanas arqueadas a través de las cuales lo único que veíamos era el instituto del otro lado de la calle, de no ser por la ventana central, que hacía también las veces de puerta para acceder al balcón. Desde aquel balcón se divisaba la calle en toda su longitud y su perspectiva impecable, típicamente petersburguesa, quedaba rematada por la silueta de la cúpula de la iglesia de san Panteleimón o -si uno miraba a la derecha- por la gran plaza en cuyo centro se erguía la catedral del Salvador del Batallón de la Transfiguración de Su Majestad Imperial.

En la época en que nos.trasladamos a vivir a aquella maravilla morisca, la calle ya llevaba el nombre de Pestel, el líder de los decembristas que murió ejecutado. En sus orígenes, sin embargo, había llevado el nombre de la iglesia que se levantaba en su extremo más alejado y se había llamado Panteleimo-novskaya. Allí, en su extremo más lejano, la calle rodeaba la iglesia y se dirigía hacia el río Fontanka, atravesaba el puente de la Policía y conducía al Jardín de Verano. Pushkin vivió en una época en esa parte de la calle y en alguna parte de una carta dirigida a su esposa le dice que «todas las mañanas, en camisón y zapatillas, atravieso el puente y voy a dar una vuelta por el Jardín de Verano. Todo el Jardín de Verano es mi huerta…». Creo que su casa estaba en el número 11, la nuestra en el número 27, al extremo de la calle, donde desembocaba en la plaza de la catedral. Sin embargo, como el edificio se encontraba en la intersección de la calle con la legendaria Perspectiva Liteini, nuestra dirección postal era: Perspectiva Liteini n.° 24, apto. 28. Allí era donde recibíamos nuestra correspondencia y ésta era la dirección que yo escribía en los sobres que enviaba a mis padres. Si la menciono aquí no es porque tenga ninguna importancia especial sino porque es de presumir que mi pluma ya no volverá a escribirla nunca más.



Добавить комментарий

  • Обязательные поля обозначены *.

If you have trouble reading the code, click on the code itself to generate a new random code.